El Archivo del puerto de Tarragona presenta “Un rellotge centenari (1922-2022). La torre rellotge del port de Tarragona” con motivo del centenario del reloj portuario, el próximo miércoles 12 de abril a las 19h con autoría de Coia Escoda y Ramon Aloguín.
TARRAGONA · Dentro de los actos previstos para la celebración centenaria de la Torre del Reloj, está el realizar una ruta guiada al histórico elemento patrimonial portuario el 15 de abril y el 3 de junio.
El miércoles 12 de abril, a las 19 horas, el Museo del puerto de Tarragona, acogerá la presentación de la última publicación del puerto de Tarragona, “Un rellotge centenari (1922-2022)” . La torre rellotge del port de Tarragona” para conmemorar el cumpleaños de este emblemático monumento portuario. Al acto asistirá el presidente del Puerto de Tarragona, Saül Garreta, con los autores de la publicación, Coia Escoda Pilla, responsable del Archivo portuario e historiadora, y Ramon Aloguín Pallach, arquitecto y divulgador de la historia tarraconense y portuaria.
Este año el puerto de Tarragona celebra el centenario de este emblemático elemento de la ruta patrimonial portuaria con la edición de un libro que resigue sus vicisitudes: origen, modificaciones y situación actual.
Emblemático elemento patrimonial
El reloj portuario, situado al andén superior del dique de Levante, se construyó el 1922 a partir de una reivindicación histórica de los trabajadores portuarios que pedían tener un instrumento de control de la jornada laboral; por lo tanto, tenía que ser muy visible desde cualquier lugar de la zona portuaria, de aquí su emplazamiento a la parte superior del dique de Llevant.
Hay que tener presente que, en aquel momento, la torre del reloj se podía ver, perfectamente, desde el inicio de la calle de El Archivo del Apodaca, y también desde los dos muelles que entonces formaban la infraestructura portuaria: el muelle de Costa y el Paralelo al de Costa (actual Marina Tarraco).
El libro, publicado por la Autoridad Portuaria de Tarragona, muestra los proyectos que dos ingenieros diferentes hicieron del monumento: Serrano y Membrillera, los cuales lo diseñaron siguiendo los cánones vigentes en aquel momento, de aquí su aspecto neoclásico, pero también con toques modernistas, especialmente en cuanto a la forja que acoge la campana.
