Palacete del Embarcadero. Destino original y las tres intervenciones iniciales
El Palacete del Embarcadero fue proyectado en el año 1920 por el arquitecto Javier González de Riancho, manteniendo en las últimas décadas un constante nivel de actividad como sala de exposiciones y conferencias del Puerto de Santander. Fue construido inicialmente como embarcadero real durante los meses de veraneo del rey Alfonso XIII. Posteriormente se dedicó a distintos usos administrativos y finalmente se rehabilitó en 1985 como sala de exposiciones y conferencias.
El proyecto preveía una cimentación profunda mediante pilotes hincados de hormigón armado, un solado interior con pavimento de mosaico tipo romano, con filigranas y escudo central diseñado expresamente para el edificio, y una cubierta octogonal de madera machihembrada, impermeabilizada y recubierta de escamas cerámicas blancas y azules. La construcción se inició en diciembre de 1929, finalizó en agosto de 1931.
El edificio se relaciona inicialmente con la presencia habitual durante el verano de la familia real y su entorno aristocrático en la ciudad y se asocia igualmente con el servicio de embarque y desembarque de los pasajeros que llegaban a la ciudad desde distintos puntos de la bahía sin requerir un especial control de equipaje. En el edificio original se integran los despachos de la comisaría del puerto, una rotonda en la esquina suroeste reservada como sala de espera de la familia real, los servicios higiénicos en la fachada norte con uso tanto desde el interior como desde el exterior del edificio y un espacio para la estación meteorológica del puerto.
En el año 1940 se reconstruye la cubierta de la cúpula central, arruinada por el fallo de su impermeabilización y se sustituye la estructura de madera de la cúpula octogonal por una losa nervada de hormigón armado.
Hacia el año 1964 el edificio tiene un primer cambio de uso y se acondiciona para oficinas y servicios administrativos de la antigua Junta del Puerto de Santander, modificándose sustancialmente el espacio, la distribución, los acabados interiores y las instalaciones del edificio original, y manteniéndose el exterior del mismo.
En 1985 el edificio adopta una nueva función proyectando su reforma los arquitectos Jerónimo Junquera y Estanislao Pérez Pita, y ejecutándose las obras ese mismo año. El edificio se rehabilita de forma integral y se acondiciona para su uso como sala de exposiciones temporales, conferencias, seminarios y eventos sociales por parte de la Autoridad Portuaria de Santander, denominándose el edificio desde ese momento “Palacete del Embarcadero”.
Se restauran fachadas y cubiertas y el espacio interior se modifica totalmente. Se elimina toda la tabiquería de reparto interior, los falsos techos y los revestimientos incorporados durante su uso como oficinas administrativas, recuperando la tipología original y el anillo estructural interior del pabellón. Al no poderse recuperar el pavimento original de mosaico, como estaba inicialmente previsto, se ejecuta finalmente un solado de mármol blanco de Macael, se insertan cuatro lucernarios perimetrales en las cubiertas planas para introducir luz cenital, y se sustituye la gran copa del vértice de la cubierta del pabellón por dos bolas de cobre sobre una aguja.
Finalmente, en los años 2005 y 2006 y proyectadas por el arquitecto Luis Castillo se ejecutan nuevas obras de reforma, realizándose la rehabilitación de cubiertas y lucernarios, actualizándose diversas instalaciones relacionadas con el acondicionamiento, la seguridad, la iluminación y las comunicaciones y reformándose el acceso principal de la fachada norte, creándose un punto de recepción e información de las actividades culturales.