El consejero de Territorio, Juli Fernàndez Olivares, acompañado del alcalde de la Ràpita, Josep Caparrós Garcia, y el delegado del Gobierno a las Tierras del Ebro, Albert Salvadó Fernandez, visitaron el viernes el puerto de la Ràpita donde se están colocando 900 placas solares en la cubierta de cinco marquesinas metálicas.
TARRAGONA. Estas estructuras metálicas se han instalado en el aparcamiento del muelle central del puerto de la Ràpita, situado junto a la lonja de pescado y cerca de la futura base náutica. Previamente, el consejero ha visitado la base náutica dónde ha visto las obras marítimas ejecutadas y el edificio que se está construyendo. La urbanización en torno a la base náutica, la construcción del edificio y las marquesinas fotovoltaicas suponen una inversión de 2,3 millones de euros, obras ejecutadas entre el 2022 y el 2023.
La instalación fotovoltaica tiene por objetivo continuar avanzando en el grado de autosuficiencia energética del puerto de la Ràpita mediante la energía limpia, para reducir la huella de carbono del puerto y de las actividades que se desarrollan. En el aparcamiento del muelle central se ha instalado un campo fotovoltaico de 900 placas para el autoconsumo de las instalaciones pesqueras con una potencia de 300 kilovatio y una energía generada de 546.320 kilovatio por hora anuales. Con estos paneles se dejarán de emitir 195 toneladas de CO2 a la atmósfera. La actuación ha supuesto una inversión de 787.000 euros y se prevé que finalice a mediados de abril de 2023.
El consejero Fernàndez puso en valor esta actuación: “Estamos más cerca que el Puerto de la Ràpita sea el primer Green Port de la Generalitat. Podremos tener unas instalaciones que nos permitirán que los ciudadanos de la Ràpita, en concreto, y de Cataluña, en general, puedan aprender del mar, puedan aprender de los deportes náuticos y lo puedan hacer a partir de un puerto que sea referente”.
Green puerto
Este es un avance para convertir el puerto de la Ràpita en un puerto verde, puesto que este puerto está vinculado en un espacio natural como es el Delta que forma parte de la Reserva de la Biosfera de las Tierras del Ebro. El Green Port tiene que desarrollar su actividad teniendo en cuenta el ámbito económico, medioambiental y social de manera sostenible y con el menor impacto al medio, aportando medidas de mejora de control de la calidad del aire, el agua, el ruido y los residuos. El puerto de la Ràpita, como Green Port, se enmarca en un contexto de emergencia climática y se alinea con el Plan de puertos de Cataluña Horizonte 2030 que tiene como esos capitales la mitigación y la adaptación de los puertos al cambio climático.
Base náutica
El edificio de la base náutica tiene que acoger la Escuela de vela y las actividades náuticas. El objetivo de la base náutica es ser un centro de referencia para fomentar la náutica de base, potenciar la actividad náutica a la bahía de los Alfacs y desestacionalizar la actividad para atraer turismo náutico y promover las Tierras del Ebro y Cataluña en todo el mundo.
La estructura del edificio en construcción está formada por una planta baja y una planta piso. La planta baja tendrá dos zonas: un espacio cubierto para ubicar las oficinas, los vestuarios, los servicios y un porche, así como un espacio descubierto para almacenar los kayaks, las tablas de surf, los chalecos náuticos y las embarcaciones a vela ligera, entre otras. La planta piso acogerá un salón de actos, aulas y zonas de servicio. Además, se instalarán 108 placas solares para hacer un edificio autosuficiente energéticamente. Las obras tendrán una inversión de 900.000 euros y se prevén finalizar el mes de mayo de este año.
El 2022 se urbanizó el entorno de la base náutica para integrar más el puerto al tejido urbano. Con la actuación se ha creado un nuevo tramo de paseo que conecta el aparcamiento, donde se ha instalado la marquesina fotovoltaica, con el edificio de la base náutica, equipado con alumbrado público, mobiliario urbano y jardinería. Aun así, delante del edificio se ha generado una rampa de botadura de embarcaciones y un muelle en forma de graderío para que la ciudadanía pueda disfrutar de un espacio en orden a la bahía desde donde contemplar la actividad náutica, con una inversión de 600.000 euros.
