Según la consultora ABI Research, hacia 2025 se habrán instalado más de cuatro millones de robots en 50.000 almacenes en todo el mundo. “La flexibilidad y la eficiencia se han convertido en los principales diferenciadores en el mercado del e-commerce, ya que los minoristas y la logística de terceros (3PL) luchan por hacer frente a la demanda de productos volátiles, los picos estacionales y las crecientes expectativas de entrega de los consumidores”, tal y como afirma Nick Finill, analista senior de ABI Research, que además puntualiza que “los robots permiten a los almacenes adaptarse a los picos de demanda, al tiempo que ofrecen importantes ganancias de eficiencia y mitigan los desafíos inherentes asociados con la mano de obra y el personal”.
En ese sentido, si hay una imagen que es reveladora de lo que supone la automatización de procesos logísticos esa es la de los robots de almacén, sobre todo en un momento en que la velocidad, la agilidad y la eficiencia marcan el día a día de la cadena de suministro global.
Los robots de almacén se utilizan para automatizar los flujos de mercancía y aumentar la productividad. Pueden operar con total autonomía o con la colaboración de los operarios para trasladar la mercancía, preparar los pedidos o almacenar los productos. La gran ventaja es que el flujo de trabajo de la plataforma no sufre interrupciones y que necesita de un número mínimo de personal para funcionar. Asimismo, aportan una mayor precisión, y aumentan la productividad, la eficiencia y la seguridad.
Una de las mayores reticencias tanto de empresas como de trabajadores a su introducción es la consecuencia que puede tener para el empleo. Aunque los expertos consultados no esconden que puede darse cierta sustitución de roles, lo cierto es que hacen hincapié en que estos robots simplifican las tareas rutinarias de los operarios, aumentando su eficiencia y permitiéndoles realizar otros trabajos de mayor valor añadido.
En ese sentido, un operador logístico como GXO Logistics mantiene su apuesta por el factor humano: “El conocimiento que aporta un empleado a todas y cada una de las operativas es imprescindible. No vemos un futuro en el que los centros logísticos estén gestionados exclusivamente por máquinas. Ahora bien, para agilizar los procesos la ayuda de la tecnología es clave dentro de una maximización global”, afirma Rui Marques, director general de GXO Iberia.
Así y todo, según un estudio de la consultora Research and Markets, la introducción de robots ha impactado de manera notable en la cadena de suministro y no son pocos los almacenes que han optado por esta solución. Este informe concluye que el tamaño global del mercado de robots logísticos alcanzó un valor de 1.849,60 millones de dólares el pasado año, y se espera que esta cifra ascienda a los 2.354,86 millones dentro de cinco años.
A la hora de incorporar robots a la cadena de suministro, hay que tener en cuenta muchos aspectos. “Principalmente los recursos, la flexibilidad y adaptabilidad deseada con las necesidades del cliente. No hay un robot que sea más conveniente. Sería, más bien al contrario, cada operación aprovecha mejor las ventajas de según qué automatismo o robot”, asegura el directivo de GXO.
El tamaño global del mercado de robots logísticos alcanzó un valor de 1.849,60 millones de dólares el pasado año, y se espera que esta cifra ascienda a los 2.354,86 millones dentro de cinco años, según un estudio de Research and Markets
La planificación logística, la operativas y la organización del almacén dará las claves para elegir entre un cobot o un robot industrial
La función marca el caminoSegún el trabajo a realizar, a grandes rasgos hay tres tipos de robots para plataformas logísticas:
Vehículos AGVLos Automatic Guided Vehicle es una de las opciones más extendidas en los últimos años. Son máquinas de transporte similares a las carretillas, que operan sin conductor y que se desplazan siguiendo una trayectoria programada.
Robots móviles autónomos Son una evolución de los AGV, ya que realizan la misma función, pero sin necesidad de que nadie los dirija. Se basan en la inteligencia artificial o el machine learning y están dotados de sensores, de un software que les guía y de planos digitales del almacén para interpretar su entorno en tiempo real.
Brazos robóticos Su utilización está en auge en las plataformas logísticas, ya que facilitan la preparación de pedidos y ayudan a los operarios a manejar cargas pesadas.
Cuando robots y humanos colaboranUna vez está clara la función que realizarán los robots de almacén, queda por discernir el grado de relación, y por tanto de colaboración, que habrá entre máquina y operario. En este caso, la clasificación se reduce a dos opciones: robots colaborativos (o cobots) y robots industriales.Un cobot es maquinaria diseñada para trabajar junto a los operarios. Es una solución cada vez más habitual, ya que se emplean en cualquier operación logística que implique movimientos de cargas que pueden resultar excesivas para un trabajador. En lugar de sustituirlo, complementa sus tareas y optimiza su rendimiento. En este caso se hablaría de acciones como el embalaje de pedidos o el pick and place de artículos pesados.Por su parte, un robot industrial es una máquina programable que ejerce tareas muy especializadas. Reemplaza las tareas manuales y su objetivo es aumentar la productividad, compactar la mercancía y suprimir el riesgo de error.La clave está en saber qué tipo de robot se necesita, una decisión que estará marcada por la planificación logística, la operativas y la organización del almacén.El grado de especialidad es uno de los parámetros a tener en cuenta. Mientras los robots industriales se emplean en solo una tarea, ocupan mucho espacio y cuentan con un recorrido fijo, los cobots aportan una mayor flexibilidad. Sin embargo, el robot industrial agiliza tareas con alta densidad de trabajo y repetición constante de movimientos, como es el caso de la extracción y ubicación de productos.
La planificación logística, la operativas y la organización del almacén dará las claves para elegir entre un cobot o un robot industrial.