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Vacunas COVID-19 Un reto logístico sin parangón

La ansiada vacuna contra el Covid-19, esencial para resolver la crisis sanitaria mundial y, además, revulsivo para solucionar la crisis económica global, va a convertirse en un reto logístico sin parangón, no sólo porque nos enfrentamos a la necesidad de transportar a lo largo de todo el mundo una cantidad histórica de material sanitario de alto valor y con una urgencia temporal tan alta, sino porque además, las primeras vacunas que estarán en el mercado plantean unos requerimientos logísticos y de transporte sin precedentes para tan alto volumen. Hablamos de transportes bajo temperatura congelada de -85º lo que obliga a sublimar todos los eslabones de las cadenas logísticas con impacto directo en la resolución de la pandemia.

  • Última actualización
    12 noviembre 2020 18:26

La logística va a ser una vez más decisiva en la pandemia. Lo ha sido para garantizar el abastecimiento y la supervivencia durante estos meses de extrema gravedad y lo va a volver a ser de cara a que se implemente el fin de la misma, por la vía de la administración de las vacunas.

Para que lleguen en tiempo y forma a todo el mundo el sector logístico va a ser esencial, con una dosis de exigencia sin parangón pues igual que las nuevas vacunas contra el Covid-19 son fruto de innovaciones biotecnológicas inéditas, esto va a implicar procesos de fabricación, almacenamiento y distribución igualmente inéditos.

En este sentido, el reto no va a estar sólo en el volumen, como pudo suceder en pleno proceso de crisis de las mascarillas y material sanitario. El reto va a estar también en los procedimientos de seguridad necesarios para garantizar las temperaturas dirigidas que exigen las nuevas vacunas.

Capacidad e innovación

Por tanto, la logística no sólo deberá responder al reto de la capacidad ante la demanda de transporte que se va a generar, sino que deberá tener que responder al reto de la innovación para garantizar una perfecta administración de la vacuna.

Con respecto a la capacidad demandada, sirva un dato. Sólo la Unión Europea ya ha adquirido 300 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford, ya en fase 3 y hasta el lunes la que parecía la más avanzada. De estos 300 millones de dosis, 31 millones han sido adquiridas para nuestro país.

Ahora bien, este lunes Pfizer y BioNTech confirmaron que su vacuna tiene una efectividad del 90% según los datos preliminares, poniéndose en primer lugar de la carrera por lograr la primera vacuna. Pfizer en su caso prevé entregar 50 millones de viales este año y hasta 1.300 millones a lo largo de 2021: es decir 3,5 millones de vacunas al día, lo que da una idea de la demanda logística.

 El miércoles Pfizer cerró con la Comisión Europea un acuerdo para distribuir entre los Estados miembros otros 300 millones de dosis, a unir a los anteriormente citados.

Para España serán 20 millones de dosis de la vacuna de Pfizer, a razón de dos dosis por persona, es decir, que cubrirán a 10 millones de personas.

Sólo por estos volúmenes hablamos de un impacto inédito en las redes de transporte mundiales, tal y como ha advertido IATA, hasta el punto de que grandes players como Emirates Sky Cargo o K+N están ya preparando instalaciones y redes nuevas a nivel mundial.

Con todo, tal y como se recoge en estas páginas, el gran reto de las vacunas sigue siendo adaptar la logística a lo que van a ser los requerimientos de manipulación, almacenaje y transporte en materia de temperatura y seguridad, con rangos igualmente inéditos que exigirán importantes inversiones.

Si estas inversiones no se acometen, según los expertos, determinados hubs logísticos quedarán en debilidad competitiva ante este reto.

Pfizer en su caso prevé entregar 50 millones de dosis este año y hasta 1.300 millones a lo largo de 2021: es decir, 3,5 millones de vacunas al día

POR QUÉ -85ºLos estándares actuales para el almacenamiento y transporte de vacunas marcan requerimientos de temperatura controlada de hasta -20º, si bien en la actualidad la mayoría de vacunas se deben conservar en rangos positivos de 2º/8º o incluso 15º/25º, según los expertos consultados por este Diario.¿Dónde está entonces la clave para que la vacuna que va ganando la carrera contra el Covid-19 exija una temperatura de conservación de -85º?La clave está en su novedosa tecnología que, por cierto, es la misma en el caso de Pfizer que en la de, por ejemplo, la vacuna impulsada por la estadounidense Moderna.Las vacunas tradicionalmente se pueden elaborar a partir de virus inactivos, atenuados o a partir de antígenos, pero la de Pfizer, en cambio se basa en una nueva tecnología llamada ARN mensajero, con la que se inyectan en el cuerpo instrucciones genéticas que, a través de células, generan proteínas específicas del SARS-COV-2, de tal forma que a continuación se fabrica directamente en el cuerpo un antígeno específico relativo al coronavirus. Esto será detectado por el sistema inmunológico que producirá anticuerpos y, con ello, la protección contra el Covid-19.De esta forma, no se fabrican ni virus vivos, ni atenuados ni antígenos, sino información genética que se inyecta y que genera directamente proteínas en el cuerpo a partir de las cuales se desata el proceso de protección. Es el organismo el que hace la tarea, razón por la cual estas vacunas se desarrollan más rápidamente y requieren de una conservación a una temperatura tan exigente.En el caso de la vacuna de Oxford, la tecnología también es similar. En su caso se basa en un virus DNA de chimpancé pero que codifica una proteína de SARS-COV-2

Visita este miércoles de Salvador Illa, ministro de Sanidad, a las instalaciones de Rovi. EL RETO DE LA FABRICACIÓNEl primer pilar del reto logístico que comporta a nivel mundial la distribución de las vacunas del Covid-19 es, sin duda, la fabricación. Dependiendo de dónde y cómo se fabriquen las vacunas así serán las cadenas logísticas y sus requerimientos.Una fabricación centralizada de una vacuna en una gran fábrica a nivel, por ejemplo, continental sin duda exigirá para su transporte a todo el mundo un uso masivo del transporte aéreo, con unos costes de fabricación mucho más reducidos pero unos costes de transporte mucho más elevados, así como unos riesgos de abastecimiento a valorar. Por contra, descentralizar la fabricación a nivel regional o de países puede conllevar costes de distribución mucho más reducidos a través del transporte terrestre y costes de fabricación más elevados, eso sí, con una proximidad mayor a las áreas de abastecimiento.En este contexto es clave resolver el reto de la fabricación con apuestas tan complejas como la de Pfizer, que fabricará distintos componente de la vacuna en Saint Louis y Andover (EE.UU.) y completará la fabricación y el envasado en Kalamazoo (EE.UU.) y Puurs (Bélgica). En España está el ejemplo del laboratorio gallego Zendal, designado para la fabricación y envasado en todas sus fases de la vacuna en la que está trabajando la estadounidense Novavax; y luego está el proyecto de Rovi, laboratorio cuyas instalaciones visitó este miércoles el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y que ha sido designado para el llenado y acabado en España de la vacuna frente al Covid-19 que está desarrollando la compañía estadounidense Moderna. La planta de Madrid abastecerá mercados fuera de Estados Unidos a partir de principios de 2021.

Son necesarias nuevas inversiones. EL RETO DEL ALMACENAMIENTONo hay en estos momentos en España instalaciones frigoríficas preparadas para almacenar las vacunas del Covid-19 con los requerimientos de frío negativo que exigen al menos de partida los proyectos más avanzados, es decir, el del laboratorio Pfizer o el de, por ejemplo, Moderna.Eso no quiere decir, como ha declarado a Diario del Puerto Marcos Badenes, secretario general de Aldefe (Asociación de Explotaciones, Frigoríficas, Logística y Distribución), que España no pueda estar preparada para hacer las inversiones y contar con instalaciones, eso sí, muy exigentes.En estos momentos, según Badenes, el estándar nacional de instalaciones frigoríficas en cuanto a temperaturas más elevadas está en un rango de -18º/-20º. La razón es que para la gestión de la mayoría de las mercancías, ya sea alimentación o pharma, “no se necesita más”.Sí se logra alcanzar mayor temperatura en los denominados túneles de congelación, infraestructuras donde se ubica la mercancía por un corto espacio de tiempos (24 horas), para lograr una supercongelación que garantiza la conservación durante periodos muy prolongados. En estos “túneles” se alcanzan hasta -40º, pero como se indica es para periodos muy cortos y con un empleo de energía muy elevado.Por tanto, como se afirma desde Aldefe, España no goza de instalaciones para alcanzar temperaturas negativas más elevadas. Ahora bien, la tecnología existe y se puede aplicar para alcanzar los -85º que requieren las nuevas vacunas.En primer lugar, los almacenes deben adaptarse con “envolventes” superiores que permitan un aislamiento que ayude a mantener tan reducidas temperaturas, afirma Badenes.En segundo lugar, según Marcos Badenes, es necesario variar el consumo energético de las plataformas. En la actualidad, la mayoría de los almacenes en España emplean amoniaco, un producto con el que no se puede lograr rangos de temperatura tan bajos. Por eso, es necesario utilizar otros gases que garanticen alcanzar los -85º, por ejemplo gases del tipo R23, afirma Badenes.Ahora mismo en España, tan sólo un 10% de las plataformas no utilizan amoniaco, sino nitrógeno y serían estas las que estarían en disposición de cambiar el consumo para lograr llegar al citado rango de temperatura.Una tercera opción para lograr instalaciones de tan altos requerimientos son las plantas regasificadoras, según el secretario general de Aldefe. Conservado a -100º, el GNL debe ser devuelto en las regasificadoras a su estado para el consumo, generándose un frío que puede ser aprovechado en grandes almacenes frigoríficos. Un proyecto de este estilo es el que Marcos Badenes recuerda que se está desarrollando en el Puerto de Huelva con su regasificadora y el futuro centro de frío, abriéndose aquí una posibilidad en este tipo de instalaciones pero, eso sí, no tan a corto plazo.Como quiera que el Estado, tampoco dispone ni con carácter civil ni militar de instalaciones para lograr almacenar a -85º -”no me consta”, afirma Badenes- la opción para poder almacenar en España los 20 millones de dosis que se van a adquirir de la vacuna de Pfizer va a ser la adaptación de instalaciones frigoríficas. “Tecnológicamente se puede, pero evidentemente son necesarios unos costes de inversión muy elevados”, asegura el secretario general de Aldefe, quien recuerda los requerimientos sanitarios y administrativos que no se podrán obviar a la hora de habilitar los centros.

Sólo un 10% de instalaciones podrían adaptarse consumiendo nuevos gases, siendo también una alternativa las regasificadoras

El estándar de 2º/8º de muchas vacunas se va a ver ahora ampliamente superado. EL RETO DEL TRANSPORTENo hay una logística estándar en el mercado en la actualidad que permita el transporte de las millones de vacunas de nueva generación para el Covid-19, con exigencias de conservación por debajo de los -85º.Según los distintos expertos consultados por este Diario, pertenecientes al ámbito de las compañías de carga aérea, transitarias y operadores logísticos, el rango habitual de temperatura para el transporte de vacunas puede llegar hasta los -20º, si bien los rangos habituales son entre 2º/8º e incluso 15º/25º.Más allá de estos requerimientos, no hay equipos en el mercado para el transporte a gran escala que logren estos rangos de temperatura. En el transporte aéreo los ULDs tipo “envirotainer” no bajan de los -20º. En el transporte marítimo, los contenedores “ultracongeladores” tienen el límite en -60º. En cuanto al transporte por carretera, tampoco los actuales camiones permiten transportar a tan baja temperatura.Se impone por tanto el diseño de una nueva logística que exige, en primer lugar, seleccionar el modo para, a continuación, definir el cómo.En cuanto al modo, los expertos consultados por este Diario aseguran que en un contexto de fabricación y/o envasado concentrado a nivel mundial en escasos puntos, lo que se impone para la distribución es el transporte aéreo. Dado lo sensible del producto, dado su altísimo valor, dadas las necesidades de monitorización y la necesidad de acortar los tiempos de tránsito para reducir los riesgos, el avión y sus 125 toneladas +/- por aparato se va a imponer al barco y a sus mayores capacidades con igualmente mayores handicaps para este tipo de producto.A partir de aquí, tal y como ha informado Pfizer, va a ser imprescindible diseñar contenedores específicos y a la medida que permitan mantener los rangos de temperatura adecuados.En el mercado existen estos embalajes, según han declarado a Diario del Puerto fuente de FENIN (Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria), desarrollados por fabricantes como Thermo Fisher, capaces de mantener estas bajas temperaturas durante periodos de tiempo suficientes. Se trata de contenedores para los cuales Thermo Fisher ha asegurado que tiene tanto disponibilidad como capacidad de fabricación ante la altísima demanda que se podría producir.No obstante, desde Pfizer se está apostando por soluciones mucho más complejas pero versátiles. Tal y como ha adelantado The Wall Street Journal, Pfizer prevé enviar directamente al mundo 7,6 millones de dosis de vacunas,  para lo cual utilizará el avión desde sus plantas de Kalamazoo (EE.UU.) y Puurs (Bélgica). Además, la multinacional se apoyará en 40 centros propios de apoyo para la distribución y más de 200 proveedores.Hablamos de tiempos de tránsito de 24/48 horas con el reto de o bien de entregar en puntos de administración o bien en almacenes intermedios.Las vacunas irán dentro de contenedores térmicos con capacidad de contener hasta 975 dosis y podrán mantener una temperatura de -75º mediante hielo seco y con una duración de 15 días. Posteriormente y de cara a su administración, la vacuna podrá conservarse durante cinco días entre 2º y 8º grados. Un aspecto fundamental, según se informa desde Pfizer, es la monitorización permanente con tecnología GPS de la temperatura para evitar el daño a la mercancía.

ANTE EL techo logístico DEL ATÚN DE ALMADRABALos nuevos estándares de temperatura dirigida para un transporte “masivo” que van a exigir las vacunas del Covid-19 son absolutamente desconocidos en el mundo del transporte y la logística con carácter generalista.Hasta la fecha, trabajar en rangos de temperatura por debajo de los -80º era una cuestión muy reducida a requerimientos muy particulares del ámbito sanitario y farmacéutico, referidos entre otros campos a los ensayos clínicos.A nivel general, en un mercado como el español, los mayores rangos de temperatura registrados en el mercado conocidos son los referentes al atún de almadraba, cuyo transporte a 60º negativos está considerado oficiosamente el récord en una operación logística recurrente.Para el transporte congelado de este tipo de atún, generalmente desde España a mercados asiáticos, se viene utilizando el transporte marítimo mediante contenedores conocidos como de “ultrafrío”, cuyo techo son los -60º citados y con un volumen de disponibilidad muy limitado.

LOS DATOS

 Según la revista Nature Review Drug Discovery, en el mundo hay al menos 321 proyectos que analizan un candidato a vacuna contra el Covid-19. La mayoría de estos productos se encuentran en fase preclínica, es decir, se están estudiando en animales o en cultivos celulares en laboratorio (in vitro). En esta fase lo que se persigue es confirmar que el producto es seguro y efectivo.Otros 33 proyectos han superado la fase preclínica y están en fase clínica con 3 fases: en la primera se prueba la vacuna en pequeños grupos de 20 a 100 personas, en la segunda, se evalúan los efectos secundarios en varios centenares de voluntarios y en la fase 3, se prueba la vacuna en miles de voluntarios para conocer datos estadísticos de su efectividad y seguridad. De estos 33 a su vez hay 8 proyectos que están en dicha fase 3, que son los de AstraZeneca y la Universidad de Oxford; la estadounidense Novavax; Pfizer y BioNTech; la estadounidense Moderna; la china Cansino Biologics; la china Sinovac; la también china Sinopharm; y la vacuna rusa bautizada Sputnik.

8.000 aviones cargueros para el transporte mundial de vacunasEl transporte aéreo va a ser, con toda seguridad, el eje de las cadenas logísticas de transporte para la distribución a nivel mundial de las vacunas contra el Covid-19.Hablamos de tener que vacunar a nivel mundial a más de 7.000 millones de personas, con dosis de recuerdo en muchos casos, por lo que el uso del transporte aéreo va a ser masivo.Para ello, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) estima que va a ser necesario dedicar a esta actividad del orden de 8.000 aviones cargueros tipo B-747, es decir, aparatos con una capacidad para el transporte de 100-125 toneladas. Este masivo transporte llevará aparejadas exigencias de altísimo nivel en aeropuertos y operadores handling, con instalaciones y procedimientos que es necesario adaptar para atender este nuevo mercado.