La presencia de mujeres en el transporte de mercancías por carretera es cada vez más común. Un ejemplo de ello es Oti Cabadas (Vigo, 1984), que muestra a través de sus redes sociales su día a día subida a un camión, con el fin de normalizar esta imagen y animar a otras mujeres a hacerlo.
MADRID. Con 19 años, mientras trabajaba en un restaurante donde paraban camiones y autobuses, Oti Cabadas, CocoTruckerGirl en redes sociales, siempre se fijaba en la forma de manejar esos vehículos. Aunque siempre ha sido una actividad que le ha llamado la atención, Oti reconoce que en su familia no había nadie que condujese vehículos grandes. “En ese momento, era algo que me gustaba, pero sabía que no iba a dedicarme a ello”, explica.
Este pensamiento cambia cuando Oti conoce a su pareja, camionero de profesión, y hace un viaje a Barcelona. “Fue fascinante”, comenta Coco con una sonrisa en la cara. Aunque reconoce que el de conductor de camión “es un trabajo súper duro”, Oti se quedó prendada de la libertad que proporcionaba esta profesión. “Yo venía de trabajar en el restaurante, donde recibes mucha presión, y cuando vi cómo se trabajaba en un camión dije ‘quiero hacer esto’ “, explica. En aquel entonces, Oti tan solo tenía 19 años y debía esperar hasta los 21 para poder sacarse el carné de camión.
Durante dos años, se repitió a sí misma y a todo su entorno: “Quiero ser camionera”. Cuando pronunciaba estas palabras, a todo el mundo le llamaba la atención porque no era común ver a una mujer al volante de un vehículo de grandes dimensiones, pero ella no abandonó ese sueño.
Cuando cumplió 20 años, Oti todavía no tenía el carné de coche y pensaba “me tengo que dar prisa porque le he dicho a todo el mundo que voy a ser camionera y tengo que cumplirlo”, explica. Tras lanzar su órdago, Oti Cabadas se apuntó a la autoescuela. Mientras que de la parte teórica guarda “muy buenos recuerdos”, en la parte práctica es cuando Oti sintió por primera vez frustración. “Yo me acababa de sacar el carné de coche y conducía el camión igual que un turismo. Las vueltas que hay que dar a un volante no son las mismas y mi profesor en vez de explicármelo me decía: ‘No sé para qué te vas a sacar el carné, no vales para esto’. Terminaba llorando todos los días, pero no cesé en mi empeño”, relata.
Así, Oti Cabadas, se convirtió en conductora de camión a los 22 años. “Me subí al camión y ya no me he bajado”, celebra con orgullo, 17 años después.
“Mi profesor de autoescuela me decía ‘No sé para qué te vas a sacar el carné, no vales para esto’. Terminaba llorando todos los días, pero no cesé en mi empeño”
Oti siempre ha sido asalariada. Su primera etapa en esta profesión la empezó sola en cabina. Posteriormente, estuvo a doble con su pareja. “Cuando iba con mi marido era muy fácil encontrar trabajo porque parecía que yo no era la responsable, sino el paquete que solo va a conducir cuando el otro no pueda, y siempre bajo supervisión”, detalla. Sin embargo, cuando iba sola “en alguna empresa me decían que no trabajaban con mujeres”, lamenta y le gustaria que esta situación ya no se diese en la actualidad. Ahora va sola.
“Lo que más me gusta de esta profesión es subirme al camión, arrancar y ponerme a hacer kilómetros”, indica Oti con la cara iluminada, y explica que “mucha gente que ya está cansada del camión me dice que algún día se me quitará la ilusión, y yo tengo miedo de que se me quite, porque tiene que ser muy duro trabajar en un camión sin que te guste”.
Por otro lado, el tema de la conciliación “lo veo tan complicado en cualquier trabajo, que aquí en el camión lo veo imposible. Yo no tengo hijos y por eso creo que disfruto tanto de la profesión porque tengo libertad total, pero tengo compañeras que son madres y es complicado, tienen que privarse de no ver al hijo o tener rutas en su zona de residencia”.
Hobby y profesión
Un día en la vida de Oti consiste en levantarse “en cualquier sitio”, lavarse la cara y tomarse un café, para posteriormente hacer una revisión visual del vehículo. Cuando todo está en regla, arranca para ir a su destino. Si el viaje es largo, Oti para su tiempo de descanso y cuando llega al cliente espera “muchas veces horas infinitas” hasta que descargan y cargan. “A veces, si tienes tiempo puedes visitar algún pueblo o pasear por la playa si estás en la costa, pero, lo normal es volver a arrancar y buscar un área de servicio para dormir”, detalla.
Dentro de esta rutina, Oti se convierte en sus descansos en CocoTruckerGirl y expone en sus redes sociales, donde acumula más de 300.000 seguidores en TikTok e Instagram, su día a día como mujer camionera, rompiendo estereotipos y normalizando la presencia de la mujer en esta actividad. Además, ejerce un papel de Influencer del sector del transporte de mercancías por carretera y, en este sentido, ahora se encuentra en plena colaboración con Eurowag, proveedor de soluciones integradas de transporte por carretera en Europa. Coco asegura que una de las razones por las que es embajadora de la marca “es la seguridad y tranquilidad que aporta Eurowag, sobre todo en los pagos, algo difícil de conseguir en la carretera”.
Las redes sociales le sirven a Oti para hacer entender a la gente que se puede ser mujer y llevar un camión. “Aunque a mí me parece lo más normal del mundo y yo misma me he demostrado que puedo hacer este trabajo, como podría cualquiera, a la gente que desconoce esto le llama mucho la atención una mujer subida en un camión”, explica, y señala que a ella las redes sociales le sirven para no hacer la profesión tan solitaria, ya que cada vez que para a descansar, conoce a alguien con quien hablar porque la ven en sus vídeos.
“Yo a las niñas les regalaría la Barbie Camionera, ahora que está tan de moda la muñeca”
Más allá del divertimento, Oti o Coco aprovecha su presencia en redes sociales para animar a aquellas mujeres que quieren subirse a un camión pero no se atreven. De hecho, muchas niñas siguen sus pasos por las carreteras a través de sus redes sociales y piensa que es una oportunidad para que ellas puedan ver que las profesiones tradicionalmente de hombres también son para mujeres. “Yo a las niñas les regalaría la Barbie Camionera, ahora que está tan de moda la muñeca. Cuando eres pequeña te regalan la Barbie Secretaria, la Barbie Profesora o la Enfermera, pero que haya muñecas con profesiones diferentes es importante para que las niñas tengan otros referentes”, apunta. Aunque Oti no se siente con licencia para recomendar a alguien que se suba a un camión, quiere mandar el mensaje de que si su ilusión es conducir un camión, lo intenten.
“A mí no había nadie que me dijera ‘sácate el carné’. Si hubiese hecho caso de la familia y amigos, a día de hoy no sé qué estaría haciendo, pero creo que no sería tan feliz”, expresa.
“No” a las labores de carga y descarga
Oti Cabadas celebra la prohibición de las labores de carga y descarga por parte del conductor, a pesar de que haya compañeros que lo critican porque con esta labor podían ganas más dinero.
Antes de la entrada en vigor de esta normativa hace ya un año, Oti realizaba con resignación y como parte de su rutina las labores de carga y descarga. “Cuando había que descargar en grandes plataformas no era una labor tediosa, porque la maquinaria era mejor. El problema era cuando en ciertos sitios había que hacerlo con la transpaleta manual y con palés de 800 kilos”, relata, y apunta que “por el hecho de ser mujer no decía que no, a pesar de los dolores de espalda”.
Aunque había muchos de sus compañeros que se negaban a hacer las labores de carga y descarga, ella no quería tener que poner excusas y que se asociaran a su condición femenina. Por ello, cuando aprobaron la prohibición de las labores de carga y descarga, Oti sintió alivio. “Me pueden mandar a cualquier cliente, que no voy a sufrir”, comenta, y aplaude esta prohibición “porque no es nuestra labor y creo que se han creado nuevos puestos de trabajo. Mientras antes no había ningún carretillero, ahora hay 10”.
“Seguridad, seguridad y seguridad”
La mayor petición de Oti a la Administración es “seguridad, seguridad y seguridad”, ya que, tal y como denuncia, “a diario hay muchos robos”. Con este miedo, Coco explica que, incluso en el momento de dormir, “estás pendiente del camión, para que no roben la mercancía, gasoil o que no entren en la cabina”. Además, tal y como detalla, “las aseguradoras siempre buscan que la culpa sea del chófer”. Ante esta situación, Oti denuncia que la falta de parkings seguros para camiones supone una preocupación constante para los conductores. “No se puede estar las 24 horas del día pendiente de la mercancía y del camión, se necesitan áreas de descanso vigiladas para que esta profesión no sea un desaliento”, subraya.
Por otro lado, en materia de sostenibilidad, Oti se muestra fascinada con la rápida llegada del camión eléctrico. Sin embargo, reconoce, que “todavía no lo veo viable para largas distancias, puesto que no hay puntos de carga”.
Asignatura pendiente: mejorar la imagen de la profesión
El principal hándicap que Oti detecta en la profesión de camionera es la imagen que hay del sector. “Los camioneros y camioneras estamos bastante mal vistos y no recibimos respeto”, lamenta, y apunta que su mayor deseo es que esta percepción cambie y que la gente pudiese entender lo sacrificado que es este trabajo.
“No es a modo de queja”, subraya, “muchos de nosotros estamos subidos a un camión porque nos apasiona, pero eso no quiere decir que tengamos que soportar que siempre estorbemos en carretera, que no podamos aparcar en muchos sitios o que no tengamos áreas de descanso seguras y asequibles”. Pero además, hace especial hincapié en que se mejore el trato hacia la profesión. “Independientemente que se pague la paralización, nadie quiere esperar cinco horas a que descarguen el camión”, señala y asegura que “hay gente que viene con mucha ilusión y se va por ser tratado como ciudadano de segunda”.
Como ya es sabido, la escasez de conductores es uno de los principales problemas del sector. Oti lo primero que haría para revertir esta situación es “no traer gente de otros países con condiciones peores, sino traerlos con condiciones mejores”. Asimismo, aboga por mejorar las condiciones actuales en España, ya que “nadie quiere sacrificar tanto su tiempo por un sueldo que no es el que tiene que ser”, y considera necesario otorgar ayudas para la obtención del carné.