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LOGÍSTICA · Juan Antonio Marco Montes de Oca, coordinador del Grado en Gestión del Transporte y la Logística en Florida Universitaria

Adiós a las cadenas de suministro “talla-única” y bienvenidas las cadenas “multi-talla”

Han pasado ya tres años desde la pandemia mundial sufrida y las lecciones aprendidas por las cadenas de suministro mundiales son claras: las cadenas son demasiado largas y complejas, y los requerimientos de los clientes (a través de sus modelos de negocio) han cambiado.

VALENCIA. Conclusión, los modelos de vertebración de nuestras cadenas de suministro (es decir, su diseño y taxonomía) están obligados a transformarse si quieren seguir siendo competitivas en cada uno de sus mercados. Las nuevas estrategias de nearshoring, de e-commerce-última milla, de segmentación de producto para el diseño de microcadenas, de tecnologías sostenibles, y de modelos de conveniencia e-shopper, entre otras, no pueden sustentarse con modelos de cadena diseñados en el siglo pasado. Es momento de decir adiós a las cadenas de suministro lineales “talla-única”, y dar la bienvenida a las cadenas matriciales “multi-talla”.

“Reactivas” o “proactivas”

Si algo ha demostrado la reciente crisis sanitaria es que cualquier disrupción en la sociedad (sin que sea esta de carácter productivo-económico o de demanda, como había ocurrido hasta entonces) puede golpear severamente los activos logísticos de las cadenas comprometiendo radicalmente el funcionamiento de las mismas.

Esto ha sido así históricamente porque las cadenas de suministro eran eminentemente reactivas, es decir, se movían por el mecanismo “causa-efecto”, y esto provocaba el ya famoso “efecto látigo” del Profesor Jay Forrester del MIT. El enclave en que nos encontramos en la actualidad es que el cliente que asumía esas descoordinaciones de la cadena en años precedentes hoy en día no está dispuesto a aceptarlas porque sus necesidades han cambiado y eso provoca una perdida de competitividad a través de una disminución de cuota de mercado.

Las cadenas de suministro se encuentran en la coyuntura de tener que volverse más proactivas y menos reactivas si quieren que la experiencia de sus clientes sea más satisfactoria y vuelva a solicitar sus servicios. La idea que subyace de lo descrito hasta ahora es, “o eres proactivo o estas fuera del mercado”.

Las cadenas de suministro tienen que volverse más proactivas y menos reactivas

El dato como “gestor de riesgos”

En el contexto de alta incertidumbre social, económica y productiva las cadenas de suministro están obligadas a mutar de igual manera que lo hacen los requerimientos de sus clientes, esta es una reflexión a la que todos los expertos han llegado y de la que nadie tiene dudas.

Los entornos VUCA que generan nuevas realidades suponen asumir riesgos y son muchas las organizaciones que están empezando a implantar planes de riesgo para minimizar los efectos de cualquier disrupción sea esta de la naturaleza que sea. Todo plan de riesgos conlleva un plan preventivo que supone implantar medidas de control y también un plan de contención con unas medidas de recuperación en caso de que la ocurrencia del riesgo se haga realidad. Ahora bien, todo plan de riesgos debe de empezar realizando una matriz de riesgos donde se indique tanto la probabilidad de ocurrencia como la virulencia de sus efectos y, es aquí, donde cobra su importancia el dato ya que ayudará a la organización a categorizar el riesgo (normalmente entre: bajo, moderado o crítico). Hoy, más que nunca, los datos y la información que obtenemos a través de ellos hacen de estos los auténticos gestores de riesgos de las cadenas de suministro.

Una información ajustada a la realidad y al futuro ayudará a determinar el grado de ocurrencia y la peligrosidad de cada riesgo. ¿Quiere esto decir que antes de la pandemia las cadenas de suministro no tenían implementados planes de riesgo en sus estructuras operativas y de gestión? No, lo que se quiere resaltar es el hecho de que hoy en día prever al riesgo es posible si se tiene en cuenta el poder anticipatorio de los datos.

Los datos son los auténticos gestores de riesgos de las cadenas de suministro

Tecnologías y datos

Afortunadamente en la actualidad disponemos de tecnologías suficientes para poder transformar las cadenas de suministro en cadenas dirigidas por los datos. Una de ellas, quizá la más desconocida en el ámbito logístico, es el conjunto de herramientas Big Data. Las herramientas que componen esta tecnología son capaces de recoger, almacenar, procesar y presentar grandes cantidades de datos y, lo más interesante si cabe de esta tecnología es que es capaz de manejar tanto datos estructurados como no estructurados.

“Qué cadenas de suministro queremos”

Si Big Data nos ayuda a transformar datos en patrones de información para partir de premisas válidas en nuestra toma de decisiones, las herramientas de Inteligencia Artificial nos ayudarán a que, parte de esas decisiones, se realicen de forma automática y no tengan que tener un tratamiento humano previo. Esto, sin duda, aumentará la rapidez y seguridad en la toma de decisiones y por tanto en incrementar el grado de resiliencia de las cadenas.

Por si estas tecnologías no fueran suficientes, tenemos a nuestra disposición los gemelos digitales (o digital twins) y el metaverso a partir de las cuales, mediante una virtualización extrema de la realidad, se pueden crear diferentes escenarios pseudo reales de donde poder extraer datos valiosos.

Como se puede concluir de todo lo descrito en estas líneas, estamos más ante un problema de visión de cadena de suministro que de falta de tecnologías. La pregunta realmente importante a hacerse es, ¿qué cadenas de suministro queremos?”

Cadenas de suministro resilientes = cadenas de suministro bien informadas

Ser una cadena de suministro resiliente supone que sus estructuras y activos logísticos sean lo suficientemente dinámicos, flexibles y ágiles para poder recuperar su normalidad operativa en el menor tiempo posible o, al menos, ser más rápidos que el resto de la competencia en hacerlo.

Ver más allá permite anticiparnos a lo que vendrá. Únicamente a través de la información obtenida de los datos podrán diseñarse cadenas de suministro resilientes que estén preparadas para lo que viene. Una cadena resiliente es una cadena “data centric”, es decir, diseñada, gestionada y operada teniendo a los datos como mapa de ruta.

La pregunta que surge ahora es, si los datos dirigirán las cadenas de suministro, ¿dónde encontramos esos datos? Los datos pueden tener una procedencia endógena o exógena a la cadena de suministro. Las cadenas de suministro son capaces de generar datos por ellas mismas a través de varías vías: los productos o bienes que circulan por ellas, los activos logísticos que se utilizan para su gestión, y los propios clientes de las cadenas. Desde un punto de vista externo, también se obtienen datos (en ocasiones más válidos incluso que los generados por la propia cadena) nos referimos a aquellos surgidos, por ejemplo, de tendencias sociales y económicas.