En primer lugar, el fabricante de las baterías es responsable de garantizar que las baterías estén empaquetadas de manera que la carga no supere el máximo reglamentario. “Sabiendo que la innovación en baterías está dando lugar a baterías con mayor capacidad de energía, trabajamos estrechamente con nuestros clientes para crear nuevas soluciones para un transporte seguro”, señala y apunta que “una de las ventajas de ser un integrador global es que podemos utilizar tanto nuestra red aérea como nuestra red terrestre para transportar envíos que contengan baterías de litio. Especialmente para nuestros clientes del sector de automoción, nuestra amplia red permite la conectividad global, así como opciones rentables por carretera en Europa”. En segundo lugar, Jorn van de Plas señala que el expedidor, el remitente, debe empaquetar, marcar y etiquetar adecuadamente todos los envíos de DG. “La visibilidad del transporte seguro de baterías de litio comienza cuando el cliente se asegura de que el envío sea reconocido como un envío de baterías de litio agregando la etiqueta adecuada y el número de identificación ONU correcto en el embalaje exterior. Los envíos sin la marca y etiqueta correctas, o con la etiqueta solo parcialmente visible, no se aceptarán para el transporte. Lo mismo ocurre con los embalajes dañados”, explica, y añade que, a continuación, “se añade un código de manipulación DG a los datos del envío, identificándolo como un envío de mercancías peligrosas. A lo largo de todo el recorrido, desde el origen pasando por cada lugar de tránsito, y finalmente en la estación final hasta la entrega, se revisará el paquete para detectar daños exteriores o visibles, lo que puede indicar que el contenido también podría estar dañado o tener fugas”.