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Nada ni nadie disipan la incertidumbre de cara al nuevo año

Lo que será 2024... y lo que debería ser

Arranca un nuevo año repleto de esperanzas... y de evidencias en lo que respecta a un ejercicio económico y logístico que llega cargado de buenos deseos a la par que cargado de incertidumbres y de previsiones negativas.

madrid. Entre lo que será el 2024 logístico y lo que realmente debería ser se extiende ahora mismo un páramo donde, eso sí, no faltan las buenas voluntades.

Ahora bien, de momento 2024 no va a ser el año en el que la economía recupere la velocidad de crucero.

Según los diversos analistas y centros especializados en previsiones macroeconómicas, en 2024 lo que está por venir en España es una desaceleración de la economía aún más acentuada para confirmar la senda a la baja de finales de 2023.

EL DATO
+1,5%

pib. El crecimiento previsto para el PIB de España en 2024 estará en el entorno del 1,5% según diversos analistas.

Si el año pasado el crecimiento estuvo en el entorno del 2,3% gracias al empuje del primer semestre del año, en 2024 las previsiones de crecimiento del PIB se sitúan en el rango en torno al 1,5%, gracias principalmente al crecimiento del consumo interior.

Y es que para este año la aportación del comercio exterior al crecimiento de la economía se espera que sea “nula”, hasta el punto de que se va a acelerar el retroceso de las exportaciones en un contexto de debilidad de los mercados exteriores.

A esta realidad no ayuda nada la inestabilidad internacional, toda vez que la invasión rusa de Ucrania no cesa, el conflicto en Palestina se sigue recrudeciendo, la ruta comercial del mar Rojo no es una opción y la crisis energética sigue renovándose con la sensación de que la aparición de nuevos cisnes negros va a ser inevitable.

El primer sector fuertemente impactado por las malas previsiones para las exportaciones y las importaciones va a ser en 2024 el sector logístico, de tal forma que va a costar mucho recuperar la senda del crecimiento en los tráficos portuarios y en los tráficos de mercancías por carretera, a la par que no hay masa crítica que permita relanzar desde el punto de vista de los tráficos el ferrocarril, mientras que la carga aérea va a seguir expuesta a la redefinición de rutas y hubs y al comportamiento que el consumo manifieste en el campo del comercio electrónico.

Uno de los aspectos positivos de la bajada del consumo interno será la relajación en la presión sobre los precios. La moderación de la inflación favorecerá el abaratamiento de las importaciones y cierto impacto positivo en la balanza comercial.

Todo ello sobre todo de cara al segundo semestre del año donde se espera una paulatina aceleración de la economía.

Se espera que la aportación del comercio exterior al crecimiento del PIB sea “nula”

Presupuestos

Para entonces, España debería tener sí o sí ya aprobados sus Presupuestos Generales del Estado para 2024.

Si no fuera así, estaríamos hablando indefectiblemente de unas nuevas Elecciones Generales, un escenario ahora mismo que no admite contemplación alguna por muy mal que sea el resultado del partido en el Gobierno en las Elecciones Gallegas y, sobre todo, en las elecciones europeas, que se celebrarán en España el 9 de junio y que, esto es muy importante, van a conllevar una significativa paralización de la actividad normativa comunitaria hasta que se configure el nuevo Parlamento y el nuevo Colegio de Comisarios.

Es por ello que existen muchas barreras para lograr a lo largo de 2024 que se resuelvan de forma ágil algunos de los aspectos que más preocupan en materia de política logística comunitaria.

En cualquier caso, la incertidumbre de los Presupuestos Generales del Estado para 2024 se espera que se despeje en el próximo trimestre y de esta forma no sólo se establezca la hoja de ruta para una política tan importante como es la de la inversión en infraestructuras, sino también se impulsen medidas destacadas en materia regulatoria.

Por cierto, en el campo de la estabilidad política las Elecciones en el País Vasco, también en el horizonte, serán otro hito destacado. La posible victoria de Bildu y la opción de que el PSOE deba decidir entre PNV y Bildu a la hora de dar su apoyo a un posible Gobierno, podría tener importantes consecuencias en la dinámica nacional, pendiente igualmente de cómo evolucione la Ley de Amnistía.

Dicho esto, parecería que se da por descontada una crisis de Gobierno de cara a 2024 y nada más lejos de la realidad. Óscar Puente y su nuevo equipo del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible tienen todo un año por delante para demostrar las bondades de combinar la política normativa con la política de infraestructuras y para acelerar todas esas cuestiones bloqueadas que motivaron algunos de los cambios introducidos en los altos cargos.

ETS, mar Rojo, Consortia, tasas, fletes... ¿quién da más?

Sin lugar a dudas, uno de los ámbitos logísticos que arranca con mayores aspiraciones en 2024 y a la par con mayores incertidumbres y sobre todo inquietudes es el sector marítimo.

Por de pronto, la primera gran novedad se ha activado sin posibilidad de moratoria con fecha 1 de enero. Ya está en vigor para el transporte marítimo en la UE el nuevo sistema de comercio de derechos de emisión. La medida aspira a comportar una importante aportación a la sostenibilidad y a la lucha contra el cambio climático, si bien de momento lo que se espera es que derive en un impacto significativo en los tráficos de las grandes líneas marítimas para su desvío hacia puertos libres del cumplimiento de estos requisitos, poniendo en riesgo el transbordo y sobre todo la conectividad marítima de los enclaves europeos en áreas especialmente sensibles como el Mediterráneo.

Esta región también asiste con inquietud a la par que expectación al impacto en las cadenas logísticas de la decisión que en estos momentos tienen en pie las grandes navieras de no operar la ruta marítima del mar Rojo ante el riesgo de ataques terroristas. De esta forma, en el arranque de 2024 Suez pasa a un segundo plano y toma el protagonismo en los tráficos Extremo Oriente - Europa la ruta del Cabo de Buena Esperanza. En cuanto al impacto, habrá que esperar a la incidencia real en los costes logísticos y en los fletes y, además, deberá contemplarse cómo este mayor tiempo de tránsito afecta a los stocks y a las cadenas de suministro.

Por de pronto, el puerto de Valencia aspirar a sumar un volumen importante de tráficos para actuar de hub de distribución en el Mediterráneo.

Habrá que ver la evolución final en 2024 de los tráficos de contenedores en España, tras el mal año 2023, todo ello en un ejercicio igualmente convulso para las grandes navieras con el final de la Consortia Block Exemption Regulation, los planes de redefinición de las alianzas y todo ello en un contexto de fuerte incorporación de flota y bajos niveles de beneficios.

Habrá que ver si en algo puede contribuir el sistema portuario español comenzando a aplicar las esperadas rebajas de tasas en los Presupuestos de 2024.

Habrá que ver el impacto del ETS y la crisis del mar Rojo en el debilitado tráfico de contenedores en España
Zaragoza “returns” y Madrid ¿hasta cuándo?

En materia de transporte aéreo de mercancías, lo esperado en 2024 es el regreso de Zaragoza a la senda del crecimiento para recuperar la debacle sufrida en sus tráficos a lo largo de los dos últimos años.

De forma paralela está por ver si Madrid es capaz en este contexto de seguir creciendo al excelente ritmo registrado en 2023, que le hizo ser el auténtico motor de la carga aérea en la red Aena.

De 2024 también se espera que por fin Aena logré adjudicar de nuevo la explotación y gestión de la otrora ampliación sur del Centro de Carga Aérea de Barajas, un parque logístico en el que están puestas grandes esperanzas. Se espera que ahora sí arranquen las obras de construcción.

Más hitos logísticos

Si bajamos al detalle, de 2024 se esperan algunos hitos relevantes en áreas muy diversas de la logística.

Por un lado, debe tomar velocidad de crucero el funcionamiento del Proyecto SIMPLE en sus áreas funcionales esenciales.

Por otro lado, debería producirse la adjudicación y el inicio de las obras de construcción de la Terminal Norte del Puerto de Valencia, así como el desbloqueo de las licencias para construir las primeras naves de la ZAL Valenciaport.

Además, tras los retrasos sufridos por los procesos electorales, en 2024 necesariamente debe ver la luz la nueva Agencia Madrileña de Logística, llamada a coordinar las políticas de impulso, promoción y desarrollo del sector logístico en la Comunidad de Madrid.

Pesos, dimensiones y riesgos del crecimiento

Arranca 2024 para el sector del transporte de mercancías por carretera sin red económica, después de que hayan ido caducando tanto las ayudas directas como, el pasado 31 de diciembre, las ayudas al consumo de combustible, aprobadas en su día por el Gobierno y renovadas sucesivamente tras la crisis energética derivada de la invasión de Ucrania. Sin este soporte, la carretera afronta el nuevo ejercicio tras un 2023 de muchas dudas y tráficos a la baja debido a la crisis de las exportaciones y la mala evolución del consumo interno. En 2024 debería afrontarse la senda de la recuperación de tráficos en un contexto en el que ha desaparecido del horizonte la amenaza de los peajes al tiempo que es preciso resolver definitivamente el asunto de las 44 toneladas de MMA. Ojo porque el crecimiento aflorará el drama de la falta de conductores.

La frustrante cuota ferroviaria

En materia de transporte ferroviario, el año 2024 se presenta apasionante sin menoscabo de que una vez más podría ser... frustrante.

Todo parece indicar que de nuevo en 2023 se habrá dado un paso para atrás en la cuota ferroviaria dentro del transporte terrestre y que en 2024 tampoco vamos a ver un significativo crecimiento dado que los proyectos infraestructurales futuros para el impulso del ferrocarril (autopistas ferroviarias, corredor Mediterráneo...) llevan aparejados el peaje de cortes en las líneas para su adaptación a los futuros tráficos con el consiguiente impacto en los tráficos actuales.

En este ámbito, 2024 sí debe ser importante porque debe ser el año en el que por fin se apruebe definitivamente a MSC como socio estratégico de Renfe Mercancías y se alumbre la nueva sociedad compartida.

De la misma forma, en 2024 se deben dar también nuevos pasos en la implantación de la red de nodos logísticos estratégicos, con el reto de licitar y adjudicar por fin la explotación de la nueva terminal intermodal de Vicálvaro, llamada a transformar radicalmente el mapa ferroviario en la península.