A CORUÑA. Este récord de tráfico en el puerto exterior de A Coruña ha impulsado los tráficos de la dársena gallega, que cerró 2024 con un crecimiento global de sus tráficos de un 5,25%, con un total de 14,7 millones de toneladas.
Es el cuarto mejor registro en las estadísticas del puerto, solo superado por los años 2017 y 2018, cuando aún estaba activa la central térmica de Meirama, que importaba más de un millón de toneladas de carbón, y por 2022, cuando se produjo un movimiento extraordinario de carbón con destino al norte de Europa como consecuencia de la guerra en Ucrania y el cierre del gaseoducto procedente de Rusia.
Por sectores, en 2024 destacaron los graneles líquidos, con 9,87 millones de toneladas, que es una cifra récord motivada por el incremento de la actividad en el complejo industrial de Repsol. La casi totalidad de los líquidos están vinculados a Repsol, que además operó azufre y coque, alcanzando así por primera vez los 10 millones de toneladas de tráfico portuario.
Por el contrario, se anotaron descensos en graneles sólidos y mercancía general. En el primer caso debido a la práctica desaparición de los envíos de carbón al norte de Europa, aunque se compensó en parte con la buena marcha de los graneles agroalimentarios, una de las principales fortalezas del puerto, que se acercaron a los 3 millones de toneladas. En el segundo caso, por la bajada de las maderas y los productos siderúrgicos.
En el polo opuesto se sitúa el tráfico de cruceros. En una campaña histórica, en 2024 se alcanzaron 168 escalas y 406.613 pasajeros, superando el récord de cruceristas por tercer año consecutivo con unas cifras inéditas en toda la cornisa cántabro-atlántica. El impacto económico en la ciudad y el área metropolitana se sitúa entre 35 y 40 millones de euros, y las previsiones de escalas apuntan a un nuevo crecimiento en 2025.