En el entorno de la logística marítimo-portuaria, la resiliencia se ha convertido en un tema de vital importancia. La capacidad de adaptarse y mantener la operatividad frente a escenarios disruptivos es esencial para la competitividad y eficiencia de las empresas y operadores que desempeñan un papel crucial en la cadena de suministro.
BARCELONA. En el Observatory Logistic “Resiliencia de las cadenas logístico-portuarias: retos para una logística marítimo-portuaria robusta, flexible y adaptable frente a escenarios disruptivos” organizado por Logistop se ha analizado cómo factores internos y externos influyen en la resiliencia de las cadenas logístico-portuarias y cómo diferentes expertos abordan esta cuestión.
Para ello, se ha contado con la introducción de Tomás de la Vega, director gerente, Logistop, la moderación de José Andrés Giménez Maldonado, Head of Innovation Logística Portuaria, Logistop, y director Logística Portuaria, Fundación Valenciaport, y con las intervenciones y aportaciones de Rafael Company, director de Seguridad y Protección, Fundación Valenciaport, David Rodríguez, CIO y responsable de sistemas de la información y desarrollo de aplicaciones de usuario final, Deep Insight S.L., y con Ana Llorens Sánchez, directora de operaciones, Portsur Castellón.
Uno de los desafíos en la búsqueda de una logística marítimo-portuaria robusta, flexible y adaptable es encontrar un equilibrio entre el enfoque interno y externo. Las empresas y operadores se han centrado en mejorar la eficiencia interna de sus operaciones. Sin embargo, en un mundo cada vez más globalizado y sujeto a disrupciones, es esencial considerar los aspectos externos que pueden influir positiva o negativamente en la cadena logística.
Cooperación efectiva y gestión de riesgos
Rafael Company destacó la importancia de una cooperación efectiva y una gestión adecuada de riesgos son esenciales para minimizar impactos negativos y capitalizar las oportunidades que pueden surgir en situaciones adversas.
La anticipación es fundamental para la resiliencia de las cadenas logístico-portuarias. La identificación temprana de riesgos, su cuantificación precisa, la implementación de medidas de mitigación y una respuesta ágil son elementos críticos en la gestión de la resiliencia. En esta línea, Company añadió que una buena gestión de la resiliencia puede generar oportunidades para mejorar la eficiencia y la competitividad de las operaciones portuarias.
“En la actualidad nos enfrentamos a innumerables riesgos. La cooperación y la correcta gestión va a hacer que minimicemos cualquier aspecto negativo y convertir los riesgos en oportunidades”, afirmó Company.
Observación en tiempo real y personalizada
David Rodríguez destacó la importancia de la observación en tiempo real y personalizada de las operaciones portuarias. La monitorización constante permite anticiparse a riesgos meteorológicos y reducir riesgos humanos, daños en infraestructuras y pérdida de mercancía.
Para lograrlo, Rodríguez destacó tres elementos clave: mejorar la observación y captura de datos en infraestructuras; adaptar los sistemas de gestión para aprovechar la información recopilada; y generar inteligencia de negocio basada en la observación para tomar decisiones informadas.
Todas las operaciones marítimas están sometidas a riesgos océano-meteorológicos por lo que, como destacó Rodríguez, surge la necesidad de acotar y predecir el riego en las actividades portuarias para, de esta forma, reducir riesgos humanos, daños en infraestructuras y medios y minimizar pérdida de mercancía con el objetivo de que no se produzcan paradas operativas.
“La predicción del riego en las actividades portuarias permite reducir riesgos humanos, daños en infraestructuras y medios y minimizar pérdida de mercancía, evitando paradas operativas”, destacó David Rodríguez.
La resiliencia como necesidad
Ana Llorens subrayó que la resiliencia y la capacidad de adaptación no son opciones, sino necesidades para todos los sectores involucrados en la logística marítimo-portuaria.
Entre los retos actuales a los que las empresas deben hacer frente, Llorens destacó una falta de demanda en determinados sectores como el cerámico o agrario debido a aspectos geopolíticas, la inflación, ausencia de aranceles en entrada de terceros países, falta de I+D+i, incremento en la demanda del transporte terrestre, las restricciones de disponibilidad de suelo portuario, limitaciones en las líneas de atraque, un marco legal incierto y resistencia al cambio, entre otros. “La tecnología emerge como una herramienta clave para abordar los desafíos futuros”, subrayó Ana Llorens.