JAIME PINEDO
BILBAO. Un total de siete formaciones políticas con posibilidad de lograr al menos uno de los 75 escaños de la Cámara vasca concurren el domingo 21 de abril a unos comicios que muestran, según todas las encuestas, una extrema igualdad entre el PNV y EH Bildu por la primacía, con el PSE-PSOE en tercer lugar como llave para la gobernabilidad.
El nuevo equilibrio de fuerzas resultante tras el 21-A tendrá una repercusión directa sobre las presidencias de las autoridades portuarias de Bilbao y Pasaia, tanto si el PNV retiene la Lehendakaritza, como si no. En el primer caso, cabría la posibilidad de relevo de los actuales presidentes, Ricardo Barkala, y Joakin Tellería, por otras personas afines al partido gobernante, o que en un posible gobierno de coalición con el PSE, fuera éste quien designara nuevos responsables. No se descarta tampoco, a la vista de otros pactos alcanzados en el ámbito nacional, un Gobierno Vasco liderado por EH Bildu.
Sea como fuere, y tras la iniciativa lanzada por ERC para la reforma del sistema portuario, el proceso de cambio de modelo de gobernanza portuaria, aunque con diferentes matices, tiene una importante piedra de toque en Euskadi en estas elecciones autonómicas, con el PNV como abanderado, al plantear en su programa electoral la “exigencia” de la transferencia de la gestión del Puerto de Bilbao y un acuerdo para la desclasificación de Pasaia como puerto de interés general.