MADRID. Según ha detallado el director de la Asociación, José López-Tafall, “a pesar de que el transporte por carretera es un sector clave para la economía española, no cuenta con una hoja de ruta clara que le facilite el camino a la descarbonización sin perder competitividad”.
Por este motivo, desde ANFAC han presentado una Hoja de Ruta 2024-2026 “con soluciones factibles y medidas a corto plazo que permitan alcanzar los objetivos de descarbonización, porque el sector de transporte español no puede seguir por detrás de la media europea”.
La realidad es que, en 2022, el 90% de los camiones de menos de entre cinco y 7,5 toneladas eran diésel; al igual que el 88,8% de los camiones de entre 7,5 y 16 toneladas; y el 95,9% de los camiones de más de 16 toneladas. Además, la segunda tecnología más usada en los vehículos pesados es el gas, un combustible que no es considerado verde por parte de la Unión Europea.
De estas cifras se extrapola que la situación actual de la descarbonización del transporte no es favorable y no parece que en siete años, plazo que se ha fijado desde Europa para reducir en un 30% las emisiones, la situación se revierta. “Hay un compromiso claro hacia la descarbonización del transporte, pero se deben fijar plazos razonables y se debe preservar la competitividad del sector”, ha apuntado López-Tafall, quien ha señalado que en la hoja de ruta se deben garantizar las condiciones habilitantes, siendo los Costes de Operación del Transporte (TCO) la principal de ellas. “Los camiones son herramientas de trabajo de los transportistas y suponen una gran inversión, por lo que sus prestaciones, su coste inicial, su coste de uso y su productividad serán las determinantes para la toma de decisión de los compradores”, ha explicado.
Por su parte, el presidente de Iveco España Ángel Rodríguez-Lagunilla ha añadido que es necesario plantear la total apertura tecnológica, aprovechando las soluciones tecnológicas que ya son una realidad, como el biometano o los e-fuels, y no centrar la descarbonización únicamente en la electrificación y el hidrógeno verde, que no estarán disponibles para el corto plazo.