Según datos de Statista, la logística inversa superará los 958 billones de dólares en 2028, lo que denota el incremento de valor de esta actividad, gracias a la concienciación de los consumidores y empresas.
Según apunta la empresa de logística inversa Anovo, la sociedad se está moviendo hacia un consumo cada vez más responsable y sostenible, lo que deriva en una mayor concienciación de lo que hacer con los productos que se compran, no solo como consumidores, sino también como empresas. Dentro de estas medidas que toman las compañías está la logística inversa, que completa la supply chain convirtiendo la entrega del producto al cliente en un paso más de la cadena en lugar de la etapa final, abordando así la gestión integral del producto.
La logística inversa, en la que es el cliente quien envía el producto al fabricante, vendedor o SAT, entre otros actores, engloba diferentes servicios, como gestión de DOAs (productos con defectos de fábrica), desistimiento, devolución, reparación, adecuación o reciclaje.
“En Anovo estamos comprometidos con la ampliación de nuestra oferta de servicios que hacen posible la circularidad de los productos tecnológicos”, detalla el CEO de la compañía, José García Martínez.
Menos residuos
En la cadena logística de distribución, en la que el cliente es el punto final, son los propios consumidores los que deciden cómo deshacerse de los productos. Aunque es cierto que los consumidores son cada vez más responsables, en España la tasa de reciclado de residuos municipales es alta, de un 35% según el COTEC, y lo ideal sería que algunos de esos artículos dieran un paso atrás en la cadena de suministro y se integraran en redes de economía circular, en lugar de ser desechados y terminar con su vida útil.
Esta operación de incorporar los productos a esa circularidad en la que el producto retorna a su origen es en lo que se basa la logística inversa. “La logística de ida y vuelta es, sin duda, un negocio rentable para las empresas ya que, entre otras cosas, les permite ahorrar en costes gracias a la reutilización de equipos, al uso de materiales reciclados en lugar de materias primas o a la reducción de los costes de almacenamiento, por ejemplo. Además, la logística inversa ayuda a que las empresas contribuyan con el medioambiente al alargar el ciclo de vida de los productos”, apuntan desde Anovo.
La logística inversa permite el reacondicionamiento de productos; la reparación de dispositivos electrónicos; la recuperación de componentes de dispositivos que ya no pueden ser usados; y la gestión de residuos, que consiste en que cuando los productos no pueden ser reutilizados o reparados, deben ser eliminados adecuadamente para minimizar el impacto ambiental. Asimismo, la logística inversa también implica el manejo y disposición de residuos de manera segura y responsable.