Hace seis meses que accedió a la presidencia de la Autoridad Portuaria de Las Palmas. ¿Qué balance hace de esta primera etapa?
Han sido seis meses intensos para conocer el puerto y ponerme al día. Es un puerto multiservicios, con actividades diversas y mucho movimiento. He podido tener conocimiento de muchas cosas, por lo que hago un balance muy positivo.
¿Conocía el sector portuario y logístico?
Parte de mi familia ha tenido relaciones con el puerto, mi padre trabajó en una empresa consignataria toda su vida, y había cosas del puerto que he vivido con normalidad en mi infancia. Hacerlo desde dentro es diferente. En casa he conocido la importancia que tenía el puerto y lo que supone su actividad. Lo que he constatado desde que soy presidenta de Puertos de Las Palmas me ha servido para corroborar que eso es así.
¿Qué acogida ha encontrado por parte de la comunidad portuaria?
Muy buena. Hemos tenido diferentes encuentros y reuniones, tengo buenas sensaciones. La comunidad portuaria ha visto que mi intención es reforzar un puerto ya consolidado, pero hay que abrirlo a nuevos negocios y a lo que está pasando por el mundo. Mi intención y la de toda la Autoridad Portuaria es estar al lado de la comunidad portuaria. Hemos de ayudar al empresariado, porque es el que invierte y arriesga su capital para que este puerto se mantenga, y hacerlo siempre de acuerdo con la normativa vigente.
¿Cómo calificaría la gestión de su antecesor?
La anterior gestión fue en general buena, y no es sólo una opinión mía, sino que es generalizada. Hizo un buen trabajo a nivel financiero, eso es importante. Por ejemplo, el proyecto de integración puerto-ciudad que tiene ahora entre manos de forma conjunta la Autoridad Portuaria Las Palmas y el Ayuntamiento no podría enfrentarlo sin una gestión anterior acertada. En general, no soy una persona beligerante. A veces no son tanto errores en la gestión como disparidad de criterios a la hora de gestionar, y eso entra dentro de la normalidad.