VALENCIA. Es más, Rubén Ibáñez aseguró que “lo que me han demostrado los estibadores hasta la fecha es que creen en el proyecto que les hemos trasladado, y creen que hay una apuesta clarísima por el aumento de tráficos”. Por ello, “sólo puedo decir que estoy orgulloso de la estiba del puerto de Castellón y de la respuesta que están dando en un momento tan complicado”.
Sobre la continuidad o no del Centro Portuario de Empleo de Castellón, que actualmente está en el aire, el presidente recordó que “el futuro del CPE es una decisión empresarial en la que soy ajeno. Mi papel es de moderador, no entro ni salgo en la situación interna”. No obstante, en un momento en que los equipos de trabajo se han encarecido por la poca actividad actual, el presidente recordó que la solución a la actual situación del Centro “es una mayor actividad, que también es el remedio contra los males de la estiba y de las terminales”. En ese sentido, Rubén Ibáñez advirtió que “si se liquida el CPE, los trabajadores portuarios deberán ser reubicados”. Solucionar la actual situación “con un punto de vista cortoplacista puede llevarnos a cometer un error y no poder atender a los tráficos futuros, lo que podría provocar que no tengamos equipos de trabajo suficientes y el puerto se pueda colapsar”.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Castellón reconoció que “hay que buscar equilibro entre tráficos y equipos de trabajo, ya que es posible que con la plantilla actual se pueda dar respuesta” a los incrementos de flujos de carga. “Es peor no dar una respuesta en el futuro que no tener trabajo ahora, no poder dar una respuesta de futuro puede suponer que esas futuras líneas se vayan del puerto y no vuelvan”, afirmó.
Por ello, “la solución no debe tomarse con la visión de hoy, porque está distorsionada al estar en el peor escenario posible. Debemos trabajar con un escenario de nivel medio, más si estamos pensando en diversificar y atraer nuevos tráficos como cereales, automóviles o volver a aumentar el movimiento de contenedores”, concluyó.