Los tiempos actuales suponen una evolución del comercio desde su versión clásica o tradicional hacia un nuevo “digital trade”, como apunta Ander Gorostiza, CTO en Incotrans-International Business Group y responsable de Incotrans Technologies, con una trayectoria profesional de casi 30 años como director de I+D+i en empresas líderes y como responsable de desarrollo de software.
El proceso de transformación digital que está experimentando la logística, el transporte y el comercio internacional obliga a los diferentes agentes a formarse en cómo afrontar ese reto. Esta formación no debe circunscribirse únicamente a obtener ciertas habilidades digitales, sino que debe permitir adquirir todas las capacidades necesarias para encarar el proceso de transformación digital con garantías de éxito.
Así, según Gorostiza, se hace necesario conocer los ámbitos en los que un proceso de transformación digital aporta valor; las tecnologías habilitadoras que ayuden a aportar ese valor y su aplicabilidad en cada ámbito, y las iniciativas que ya se están en curso.
“Son proyectos tecnológicos que, por su naturaleza, implican incertidumbre en el fin, en los recursos y en los plazos. Hay que saber gestionar esta incertidumbre y los riesgos que este proceso implica”, comenta, antes de afirmar que un proyecto de transformación digital “debe ser parte de un proyecto global que tenga como objetivo el dominio de los procesos logísticos de una empresa”.
Tecnología como base
Un proyecto de transformación digital debe apoyarse en tecnología. Así, con relación a las tecnologías habilitadoras que, en base a la experiencia de Incotrans, hay que conocer, presenta las más relevantes en el Cuadro 1, así como su impacto en los ámbitos anteriormente mencionados.
La formación en tecnología para la transformación digital del sector ha de ser pensada desde la sensibilidad del usuario, destinatario de dicha formación. “Normalmente son perfiles no tecnológicos a quienes no hay que explicarles ‘cómo se hacen los filamentos de una bombilla’, sino que ‘una bombilla da luz’, y para ello lo único que tienen que hacer es apretar un botón”, argumenta Ander Gorostiza.
El objetivo ha de ser simplificar la operativa, agilizar el trabajo de los profesionales de la logística, el transporte y el comercio internacional, y ponérselo fácil. En Incotrans Academy, a la hora de plantear una formación en tecnología, se considera también necesario tener un conocimiento global de las iniciativas que se están llevando a cabo en la actualidad, para aprender de ellas, pues tienen diferentes orígenes (organismos públicos, empresas privadas, fundaciones, etc.); diferentes grados de aplicación (normativo, aplicaciones reales) y diferentes extensiones geográficas de aplicación (mundial, regional, nacional).
Incertidumbre
Los proyectos de transformación digital implican un alto grado de incertidumbre motivado por la propia naturaleza de estos. Esta incertidumbre puede tener dos naturalezas. Por un lado, la incertidumbre tecnológica, motivada por el uso tecnologías innovadoras con poco grado de madurez. Esta incertidumbre va a dar lugar a retrasos o incluso a cambios en el proyecto (por ejemplo, cambiar la tecnología a utilizar). Y, por otro lado, la incertidumbre funcional. Al ser proyectos innovadores (que en muchos casos es la primera vez que se ejecutan), es difícil definir completamente la funcionalidad desde el principio. Además, es común que durante el proyecto surjan requisitos nuevos.
Por ello, es importante que durante el proyecto todos los participantes en el mismo tengan en cuenta en qué consiste el aporte de valor del proyecto en su conjunto, teniendo en cuenta que este puede cambiar durante el proyecto, y quién es el cliente que percibe ese aporte de valor, sea interno y/o externo. Esto ha de ser definido, puesto que la voz de ese cliente debe estar presente en todo momento en el proyecto.
Formación en tecnología
El modo de ejecutar proyectos con este tipo de incertidumbre consiste en plantear la misma en ciclos de desarrollo, de modo que cada ciclo deba finalizar en una entrega parcial que implique valor para el cliente (por lo tanto, usable por él). Junto a cada entrega se realiza una reflexión que priorice cuál es el aporte de valor siguiente a atacar. Esto tiene muchas ventajas, como son la adaptación continua ante la incertidumbre, la toma de decisiones temprana, la focalización del equipo, la integración de la calidad dentro del proceso (sin la que es imposible realizar continuas entregas).
Para poder contar con profesionales debidamente cualificados para afrontar estos proyectos, la formación en tecnología debe plantearse desde una visión de conjunto del comercio internacional, el cual involucra diversas áreas que deben de encontrarse perfectamente coordinadas para conseguir un resultado óptimo.
“La digitalización no es un proyecto informático”, sostiene Gorostiza, sino “un proyecto que requiere de un enfoque global, unificado y coherente desde el análisis del ámbito legal, el dominio de los procesos operativos y el control técnico y tecnológico”. El CTO en Incotrans-International Business Group y responsable de Incotrans Technologies defiende la formación en tecnología, pero también en otras áreas (legal, comercial, logística, financiera, aduanera, etc.). “Digitalizarse es un paso necesario, pero la transformación va más allá”, concluye.