madrid. Con independencia del horizonte al que finalmente nos lleve la legislatura, lo cierto es que afrontamos un curso decisiviso si el gabinete de Óscar Puente desea dejar huella de su gestión en el sector logístico. Transcurrido este primer periodo de toma de contacto y activación, es necesario comenzar a materializar logros que sumen en favor de la logística.
Estamos pues ante un curso decisivo si no queremos que todos los grandes eslóganes fijados en los últimos meses se diluyan sin aplicación práctica.
Ahora bien, no todo está en manos de Óscar Puente y su equipo. Estamos ante un año decisivo en un horizonte estándar para cualesquiera legislatura, pero esta no está siendo una legislatura típica y, lo más importante, no hay forma de que se disipen las grandes incertidumbres que atenazan a la política española.
Incertidumbres, por cierto, que son endógenas y exógenas al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Endógenas porque el “caso Koldo” sigue muy vivo en el Ministerio, toda vez que la investigación interna y la investigación judicial avanzan sin que se puedan controlar las consecuencias. La semana pasada fue cesado por pérdida de confianza el hasta ahora subsecretario, Jesús Manuel Gómez, en una nueva vuelta de tuerca en un caso en el que ya se habla de la posibilidad de citar como testigo al actual ministro.
Y exógenas porque los actuales pactos de Gobierno siguen tambaleándose y el Congreso es en estos momentos un campo minado en el que se antoja muy difícil sacar adelante cualquier proyecto normativo.
Son varios los que Transportes tiene ya remitidos a las Cámaras. El más importante es el Proyecto de Ley de Movilidad Sostenible, aunque mucho antes deberá despejarse la duda de los Presupuestos, que tras rechazarse el techo de gasto de momento no pintan nada bien.